FIN DE CICLO, FIN DE AÑO EL EDITORIAL ADELANTE

Por. Gabriel Angel Marx

Fin del ciclo II del año, que fue los que nos pudo haber dejado de bueno este ciclo en nuestra querida universidad, muchas cosas diría yo, lamentables algunas, muy buenas otras. El editorial de la pedagógica cumplió un ciclo de vida en la Web, muy pocos pero fieles siguieron de cerca este bonito y censillo proyecto, creado con la finalidad de difundir la libertad de expresión que reza el logo de la universidad Ilumina y Libera, bueno o habrá otra interpretación, si la hay nos fuimos por la tangente con el primer articulo que se publico.

Cumplimos un ciclo, nos paso de todo en este ciclo, nos hicieron la casería de brujas para tratar de sacarnos de la Web, intentaron saber a la buena quienes eran los autores de esta pagina, pero igual los nombres no interesan de todas maneras, será como dice Francisco, seré un reprimido tras una maquina que le apuesta ha hacer saber lo que nadie se atreve a decir en la U por el nefasto miedo que nos infunden. Y si que funciona el miedo por que si no, no me hiciera llamar Gabriel, si la verdad es temor de que sepan mi identidad, que es lo que puede suceder de saber mi identidad en la U, es una universidad con fines lucrativos, privada mas censillo, y lo que sucede es que se reservan el derecho de admisión en un alumno y claro ya no seguiría en la universidad, muchas veces me invadió el miedo lo acepto ya que no soy la divinidad en cibernética y cualquier error me costaría mi suspensión en la universidad, pero me iría feliz si eso sucediera, creo que debería dar gracias a Dios por darme la fuerza y la seguridad de formar un pequeño proyecto en aras que seamos escuchados en la universidad los alumnos, ya que muchas veces somos atropellados con un cinismo exagerado, que no tiene explicación, pero siempre he estado interesado en saber cuales son los derechos que tiene el alumnado en la universidad, como toda institución pone sus reglas pero también pone sus derechos, y la universidad ha puesto reglas a los alumnos pero sorpresa no hay derechos, ósea que estamos hablando de un autoritarismos institucional, en la pedagógica que Ilumina y Libera según eslogan muy bonito por cierto y me gusta.

Es el fin del espacio de la editorial de la pedagógica, llegar a saber y difundir los derechos del alumnado en la universidad, que me vaya a costar mucho eso no importa para eso me metí en este lió que no se ni como saldré, pero lo que si puedo asegurar es que no estoy solo, están esos lectores que esperan cada columna para criticarla o disfrutarla cuando están de acuerdo con lo que se escribe.

Un ciclo mas que termino y pasaron muchas cosas bonitas, otras feas, pero aquí estamos firmes para seguir difundiendo lo bueno y lo malo de la universidad, así como temas de interés en general, no solo se escriben cosas de la universidad, se han escrito temas relacionados con la juventud, temas de país, hasta temas internacionales, somos una pagina abierta a cualquier gusto literario, simple, difundir la palabra de los que creen en nosotros.

Fin de ciclo, fin de año y les deseo lo mejor a los que han colaborado muy amablemente en este sitio, esperando que este nuevo año sea de lo mejor para todos y caminemos en el editorial a profesionalizarnos, gracias a todos y en especial a las siguientes personas.

José Antonio Rosa
José Aldana
Verónica Márquez
Francisco Mejia

Y a todos los que han estado pendientes de las publicaciones y han creído en nosotros gracias por todo y les deseo un feliz año nuevo y que Dios me los bendiga grandemente, seguiremos adelante como Dios manda.



Amor y dedicación en la tarea docente: Ing. Hernández, lo recordaremos siempre


Por: José Aldana

El Ing. Hernández es un hombre con temor de Dios, un buen cristiano y una buena persona, alguien entregado a su verdadera pasión: la Informática.


El Ing. y Prof. Hernández se desempeña como catedrático en varios grupos de Informática Educativa para estudiantes de educación de esta prestigiosa universidad. Este querido catedrático verdugo, que cuenta con un excelente historial de estudios referente a su área, se ufana (de entrada) de la alta exigencia que requiere dicha asignatura, que son muchos los que no pasan y que probablemente serán muchos los que se quedarán, por que, él sólo enseña a estudiantes que ya tienen experiencia en el área informática.


El estimado Ing. Hernández comienza enseñando su materia con un nivel demasiado alto para el estudiante promedio de esta pequeña pero hermosa universidad. Hernández piensa quizás que está tratando con estudiantes de la Matías Delgado, que tienen el tiempo para revisar su facebook su hi5, su página web y de paso, avanzar con sus tareas de medicina o abogacía. Hernández comienza creando blogs y enseñando office cuando muchos compañeros apenitas, (anatillo) conocen qué es un monitor, qué un CPU y cómo se maneja el mouse.


Hay compañeros que nunca han tocado una máquina en su vida, ¿dónde quedan? ¿Qué les pasará a los compañeros que no saben cómo encender una computadora o que jamás en sus modestas vidas han viajado por internet? No es necesario imaginárselos. Están ahí, un tanto traumatizados y con aversión a la informática educativa porque no supieron satisfacer sus necesidades educativas con amor y dedicación.


El Ing. Hernández es un maestro excepcional porque probablemente durante su formación contó con todos estos recursos tecnológicos para coronarse como especialista. Pero, ¿qué destino tienen los que no pueden tener una laptop de $2000 con internet en su casa como la que dice tener él? El Ing. Hernández no permite trabajar en los salones de cómputos. ¿Por qué, si se está pagando por ese servicio? El Ing. Hernández quizá no conoce la palabra FLEXIBILIDAD y mucho menos conozca el significado de empatía. Este ciclo he visto llorar a compañeros muy aplicados y talentosos porque han sido abochornados por nuestro estimado maestro en cuestión utilizando frases como “si no sabe diga hija, a usted le están ayudando, ¿verdad?”. Jóvenes que arañando-arañando y sin haber adquirido aprendizajes significativos en lo más mínimo en Informática, han presentado sus trabajos con sacrificio pagando para que se los hagan.


Terrible, muy terrible, desastroso, lamentable, cruel. El Ing. Hernández debería aprender de los otros docentes que imparten esa misma asignatura. Docentes que saben resolver las NECESIDADES de sus estudiantes sin recurrir al sarcasmo y a la exigencia sin límites. Docentes que buscan estrategias de solución para que sus cátedras no sean estresantes y si se aprende algo (aunque sea poquito) sea un aprendizaje valioso y dichoso.


Confío sí lo hará.


Moraleja: Un docente bueno no es un docente yuca. A un docente bueno no se le van los estudiantes o se le cambian de grupo. Un docente bueno es… bueno, alguien que no se le parezca en nada al Ing. Hernández, alguien que será recordado por muchos compañeros como el verdugo de informática.


Cultura de aseo y malos hábitos en estudiantes universidad


Escrito por: José Aldana

El algo así como una contradicción tremenda, acompañada de dolores de cabeza y ataques de ira que me dan cuando veo que, por los pasillos de nuestra amada Universidad Pedagógica de El salvador, se muestran cuadros como el siguiente:
















¿Será posible que estudiantes, profesionales capaces de actuar como verdaderos líderes y agentes del cambio, con espíritu proactivo para la conservación, restauración y mejoramiento del medio ambiente, sean capaces de reproducir semejante cultura de aberración por la que en tantos países nos hemos caracterizado?



Algo huele mal:son las conciencias de los compañeros y compañeras que no son capaces de depositar sus propios desperdicios en el lugar donde corresponden. ¿Cómo podemos hablar de higiene?¿Cómo podemos hablar de protección y salud ecológica si son los mismos profesionales en formación los incapaces de demostrar que en los pequeños detalles podríamos hacer la diferencia y mostrar que existe un cambio de visión que ha existido un aprendizaje significativo?¿Cómo podemos hablar de educadores, si la mediocridad y el desánimo se hacen notar descuidando nuestro entorno más inmediato?


Ordenanzas hay, pero eso no nos da derecho a actuar como si estuviéramos en kindergarten, esperando a que mami y papi recojan lo que tiramos al suelo. Se supone que como gente con academia, corrijamos esta cultura del diablo que nos acarrea más problemás y dificultades en el país.


No es necesario que catedráticos o personal de limpieza nos recuerden lo que por naturaleza estamos obligados a hacer. Debería darnos vergüenza.


Si usted ve a un estudiante como estos, por favor, recuérdele que no sea tan cochino, haga usted la diferencia y sea usted agente de cambio, aunque cueste, pero si no nos hacen ver nuestros errores jamás cambiaremos nuestra forma de pensar y actuar.

No sea cochino, mantengamos nuestra universidad limpia y ordenada. Recuerde que la ciudad más limpia no es la que más se barre, sino la que menos se ensucia. Cuesta menos y hace que uno se sienta mejor.

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